In the silence of the night, in the man’s conspiratorial dark, a cry rips the sleepy eardrum of a sleeping city. We come from a little city in Milan northern suburs, that at morning shows her smiling, right-thinking face and hides at night, leaving space to the bray of a donkey, that really almost all the evenings crosses the streets of the village, as if he screams in pain for his conditions, and those of the world in which he lives. Our city is also home of many workers, being this an industrial area, a working class pushed in search of gentrification, of the refusal of her being, bombed by the biggest shopping centers in the world and by the filths of EXPO, a working class made tame and domesticated by XXI century’s medieval moralism. Donkey metaphorically represents this class, Our class, because they think that we are stupid, stubborn, boorish pack animals, useful for work and for being beaten by masters at any attempt of revolt.

En el silencio de la noche, en la oscuridàd conspiradora del hombre, un llanto rompe los tímpanos durmientes de una ciudàd que està durmiendo.Venímos de una ciudad en la periferia de Milan, que de día muestra su cara sonriente, bienpensante y de noche se esconde, dando lugar al rebuzno de un burro que, verdaderamente, casi todas las noches se escucha por las via del pueblo, como si gritàra de dolor por sus condiciones y las del mundo en el que vive. Nuestra ciudad tambien es la casa de muchos trabajadores, siendo una zona industrial, una clase obrera es conducida a la búsqueda del aburguesamiento, a el rechàzo mismo de su ser, plena de los centros comerciales más grandes del mundo y de las porquerias que EXPO dejó, rendida dócil y domesticada por los moralismos del medioevo del siglo veintiuno. El burro representa metaforicamente esta clase, Nuestra clase, porqué piensan que somos estúpidos, obstinados, vulgares animales de carga utiles para el trabajo y para ser maltratados por los padrones a cada intento de revuelta.