Yo no soy americano
pero comprendo el inglés,
me lo aprendí con mi hermano
al derecho y al revés,
a cualquier americano
lo hago temblar a mis pies.
Cuando apenas era un niño
huérfano a mí me dejaron,
nadie me dio ni un cariño,
a mi hermano lo mataron
y a mi esposa Carmelita,
cobardes la asesinaron.
Yo me vine de Hermosillo
en busca de oro y riqueza
al indio pobre y sencillo
lo defendí con fiereza
y a buen precio los sherifes
pagaban por mi cabeza.
A los ricos avarientos
yo les quité su dinero,
con los humildes y pobres
yo me quité mi sombrero.
¡Ay qué leyes tan injustas
por llamarme bandolero!
A Murrieta no le gusta
lo que hace no es desmentir.
Vengo a vengar a mi esposa,
y lo vuelvo a repetir,
Carmelita tan hermosa,
cómo la hicieron sufrir.
Por cantinas me metí
castigando americanos.
Tú serás el capitán,
que mataste a mi hermano,
lo agarraste indefenso,
¡orgulloso americano!
***
Mi carrera comenzó
por una escena terrible,
cuando llegué a setecientos
ya mi nombre era temible,
cuando llegué a mil doscientos
ya mi nombre era terrible.
Yo soy aquel que domino
hasta leones africanos,
por eso salgo al camino
a matar americanos,
ya no es otro mi destino,
¡Con cuidado, parroquianos!
Las pistolas y las dagas
son juguetes para mí,
balazos y puñaladas
carcajadas para mí,
ahora con medias cortadas
ya se asustan por aquí.
No soy chileno ni extraño
en este suelo que piso,
de México es California
porque Dios así lo quiso,
y en mi sarape cosida
traigo mi fe de bautizo.
Qué bonito es California
con sus calles alineadas
donde paseaba Murrieta
con su tropa bien formada,
con su pistola repleta
y su montura plateada.
Me he paseado en California
por el año del 50
con mi montura plateada
y mi pistola repleta:
Yo soy ese mexicano
de nombre Joaquín Murrieta.
pero comprendo el inglés,
me lo aprendí con mi hermano
al derecho y al revés,
a cualquier americano
lo hago temblar a mis pies.
Cuando apenas era un niño
huérfano a mí me dejaron,
nadie me dio ni un cariño,
a mi hermano lo mataron
y a mi esposa Carmelita,
cobardes la asesinaron.
Yo me vine de Hermosillo
en busca de oro y riqueza
al indio pobre y sencillo
lo defendí con fiereza
y a buen precio los sherifes
pagaban por mi cabeza.
A los ricos avarientos
yo les quité su dinero,
con los humildes y pobres
yo me quité mi sombrero.
¡Ay qué leyes tan injustas
por llamarme bandolero!
A Murrieta no le gusta
lo que hace no es desmentir.
Vengo a vengar a mi esposa,
y lo vuelvo a repetir,
Carmelita tan hermosa,
cómo la hicieron sufrir.
Por cantinas me metí
castigando americanos.
Tú serás el capitán,
que mataste a mi hermano,
lo agarraste indefenso,
¡orgulloso americano!
***
Mi carrera comenzó
por una escena terrible,
cuando llegué a setecientos
ya mi nombre era temible,
cuando llegué a mil doscientos
ya mi nombre era terrible.
Yo soy aquel que domino
hasta leones africanos,
por eso salgo al camino
a matar americanos,
ya no es otro mi destino,
¡Con cuidado, parroquianos!
Las pistolas y las dagas
son juguetes para mí,
balazos y puñaladas
carcajadas para mí,
ahora con medias cortadas
ya se asustan por aquí.
No soy chileno ni extraño
en este suelo que piso,
de México es California
porque Dios así lo quiso,
y en mi sarape cosida
traigo mi fe de bautizo.
Qué bonito es California
con sus calles alineadas
donde paseaba Murrieta
con su tropa bien formada,
con su pistola repleta
y su montura plateada.
Me he paseado en California
por el año del 50
con mi montura plateada
y mi pistola repleta:
Yo soy ese mexicano
de nombre Joaquín Murrieta.
Contributed by Bernart Bartleby - 2019/10/28 - 16:58
"Quién les disputa el terreno
y quién de frente los reta,
es un bandido chileno
es nuestro Joaquín Murieta."
Neruda cantato dagli Inti Illimani
y quién de frente los reta,
es un bandido chileno
es nuestro Joaquín Murieta."
Neruda cantato dagli Inti Illimani
Flavio Poltronieri - 2019/10/28 - 19:00
Interessante articolo sulla leggenda del Joaquín Mur(r)ieta "cileno".
Riccardo Venturi - 2019/10/28 - 21:07
"No soy chileno ni extraño
en este suelo que piso,
de México es California
porque Dios así lo quiso..."
en este suelo que piso,
de México es California
porque Dios así lo quiso..."
B.B. - 2019/10/28 - 21:18
Carlos.
Joaquin era mexicano, quien sino iba a pelear sino es por su tierra. Los chilenos son de apropiarse de cosas que no les pertenecen. Que verguenza Neruda!
*
Carlos
Joaquin Murrieta era un messicano, che non avrebbe combattuto se non per la sua terra. Ai cileni piace appropriarsi di cose che non gli appartengono. Che peccato Neruda!
Joaquin era mexicano, quien sino iba a pelear sino es por su tierra. Los chilenos son de apropiarse de cosas que no les pertenecen. Que verguenza Neruda!
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Carlos
Joaquin Murrieta era un messicano, che non avrebbe combattuto se non per la sua terra. Ai cileni piace appropriarsi di cose che non gli appartengono. Che peccato Neruda!
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Di ogni antico corrido messicano esistono sempre molteplici versioni. Qui ne propongo una risalente agli anni 30 del secolo scorso, interpretata da Los Madrugadores, gruppo folk fondato da Pedro J. González, musico di Chihuahua, molto famoso a Los Angeles negli anni della Grande Depressione.
Nello splendido cofanetto "Corridos y tragedias de la Frontera", Arhoolie Records, 1994.
Di Joaquín Murrieta, leggendario bandito rurale messicano, esistono già tracce sulle CCG/AWS, connesse all'opera "Fulgor y Muerte de Joaquín Murieta" di Pablo Neruda
Forse anche Neruda conosceva i racconti ottocenteschi che suffragavano l'origine cilena del bandolero, che invece era messicano del Sonora.
Subito dopo la guerra tra USA e Messico – o, meglio, l'aggressione statunitense al Messico col pretesto di difendere i coloni texani – dove il Messico perse oltre il 50% del proprio territorio, in California, nei pressi di Coloma, venne trovata una grossa vena aurifera. La "febbre dell'oro" si scatenò immediatamente, come tante altre volte prima e dopo. Nella regione rapidamente arrivarono migliaia di cercatori da tutto il mondo, moltissimi dei quali erano quei messicani appena soggiogati. Gli statunitensi si scagliarono contro i cercatori stranieri e, in particolare contro i messicani e i latinoamericani, perseguitandoli con violenza e cacciandoli, autorizzati dalle misure "legali" adottate dalle autorità. Tanto per dare un'idea di quello che accadeva allora, la cittadina californiana di Dry Diggings (oggi Placerville) alla metà dell'800 venne ribattezzata Hangtown, per le frequentissime impiccagioni pubbliche che vi si tenevano...
La leggenda racconta che anche Joaquín Murrieta arrivò in California nel 1850 in cerca di fortuna e invece, come tanti, incontrò violenza, discriminazione e razzismo. Il corrido parla di un fratello ucciso e di una compagna assassinata, quel tanto che bastò a Joaquín Murrieta per trasformarsi in una furia selvaggia, prima mata americanos e poi leader di una banda di rapinatori feroci e imprendibili nota come "Los cinco Joaquines", che si vede era un nome molto comune all'epoca tra gli immigrati latinoamericani.
Nel 1853 il governatore della california incaricò i Rangers di porre fine alle scorrerie di Murrieta. Poco dopo la presunta testa di Murrieta, conservata sotto brandy, girava per le fiere della California, a un dollaro per vederla. Ma naturalmente ci fu subito chi giurò di aver visto Murrieta vivo di qua e di là, che la testa non era la sua, che non aveva quella cicatrice che invece aveva Murrieta ecc. ecc...
Il "Robin Hood de El Dorado" era già entrato nella leggenda...
La sua testa conservata sotto spirito – pratica molto comune a quei tempi, si pensi al nostro Passannante – finì in un qualche museo a San Francisco e andò perduta – ovvero, ebbe finalmente sepoltura ed oblìo - nel corso del devastante terremoto che sconvolse la città nel 1906...