La bicicleta un día va a volar.
La bicicleta de todos.
Ya lo verán.
Le están saliendo las alas.
Son de verdad.
El niño quiere que vuele,
y volará.
El niño irá por el aire
a comprar el pan;
dará una vuelta al campanario
de paloma y cal.
El niño y la paloma
sobre la ciudad.
El niño acompañando al ganso blanco.
Eso se verá.
Le están saliendo las alas.
Ven a mirar.
Mira como el lirio de los campos.
No pienses mal.
Las alas tienen miedo de algo.
Salen y vuelven a entrar.
Miedo de nosotros,
quizás.
Junto al caballo es que desciende el ánsar (1)
crepuscular.
Cuando me ve,
se va.
¿Quién soy?
¿Por qué se va?
Tan pronto lo hombres
ganen la paz,
la bicicleta de todos
volará.
La que duerme en las puertas de los cines
volará.
La del cartero
volará.
La de la reina Guillermina, (2)
volará.
La mía - y tuya -
volará.
Por arriba del humo y de los cables
me verás.
La bicicleta tendrá un solo nombre:
Libertad.
El ángel de las aguas
ya no se irá.
Calle ancha del cielo
para mirar.
Flores que nunca vimos,
aquí, allá.
Habrá tiempo para mirar.
Cuánto tiempo perdido,
¡ay!
Tan pronto los hombres
dejen de guerrear,
la bicicleta del mundo
volará.
Todos los pueblos tendrán un velódromo
donde los niños correrán.
De allí alzarán el vuelo.
Darán una vuelta sobre el mar.
Si no lo hubiera
sobre el trigal;
si no lo hubiera,
irán donde lo haya y volverán.
Ir y volver
será como cantar.
Porque la bicicleta
tendrá alas de verdad.
La del cartero, la de la reina Guillermina.
Nadie se caerá.
Todo es cuestión que los hombres
ganen la paz.
La bicicleta de todos.
Ya lo verán.
Le están saliendo las alas.
Son de verdad.
El niño quiere que vuele,
y volará.
El niño irá por el aire
a comprar el pan;
dará una vuelta al campanario
de paloma y cal.
El niño y la paloma
sobre la ciudad.
El niño acompañando al ganso blanco.
Eso se verá.
Le están saliendo las alas.
Ven a mirar.
Mira como el lirio de los campos.
No pienses mal.
Las alas tienen miedo de algo.
Salen y vuelven a entrar.
Miedo de nosotros,
quizás.
Junto al caballo es que desciende el ánsar (1)
crepuscular.
Cuando me ve,
se va.
¿Quién soy?
¿Por qué se va?
Tan pronto lo hombres
ganen la paz,
la bicicleta de todos
volará.
La que duerme en las puertas de los cines
volará.
La del cartero
volará.
La de la reina Guillermina, (2)
volará.
La mía - y tuya -
volará.
Por arriba del humo y de los cables
me verás.
La bicicleta tendrá un solo nombre:
Libertad.
El ángel de las aguas
ya no se irá.
Calle ancha del cielo
para mirar.
Flores que nunca vimos,
aquí, allá.
Habrá tiempo para mirar.
Cuánto tiempo perdido,
¡ay!
Tan pronto los hombres
dejen de guerrear,
la bicicleta del mundo
volará.
Todos los pueblos tendrán un velódromo
donde los niños correrán.
De allí alzarán el vuelo.
Darán una vuelta sobre el mar.
Si no lo hubiera
sobre el trigal;
si no lo hubiera,
irán donde lo haya y volverán.
Ir y volver
será como cantar.
Porque la bicicleta
tendrá alas de verdad.
La del cartero, la de la reina Guillermina.
Nadie se caerá.
Todo es cuestión que los hombres
ganen la paz.
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(2) Reina Guillermina: (Guillermina Elena Paulina María de Orange-Nassau, 31 de agosto de 1880 – 28 de noviembre de 1962) fue la reina gobernante de los Países Bajos desde 1898 hasta 1948 y Reina Madre con el título de Princesa de los Países Bajos de 1948 a 1962. Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, la Reina Guillermina viajó por todo el país para motivar a sus súbditos, en ocasiones utilizando bicicleta en lugar de coche habida cuenta la escasez de combustible en la Holanda de postguerra. Esta anécdota recorrió el mundo y Pedroni la recogió para este poema. (N del E)