He puesto sobre mi mesa
todas las banderas rotas
las que rompió la vida
la lluvia y la ventolera
de nuestra dura derrota.
Rota permanece aquella
que levantamos al cielo
pensando que la justicia
crecería como un vuelo
de gaviotas en el mar
y vimos cómo al final
sólo nos quedó el recuerdo
de un mástil desarbolado
y unos jirones de tela
rotos por el vendaval.
Rota permanece aquella
que ponía libertad
y que aupamos convencidos
de que al terminar la batalla
ésta íbamos a ganar
pero todo fue una amarga
e inútil desesperanza
cuando vimos que las huellas
de los grilletes dejaban
sus marcas sin borrar.
He puesto sobre mi mesa
todas las banderas rotas
He puesto sobre mi mesa
todas las banderas rotas
todas las banderas rotas
las que rompió la vida
la lluvia y la ventolera
de nuestra dura derrota.
Rota permanece aquella
que levantamos al cielo
pensando que la justicia
crecería como un vuelo
de gaviotas en el mar
y vimos cómo al final
sólo nos quedó el recuerdo
de un mástil desarbolado
y unos jirones de tela
rotos por el vendaval.
Rota permanece aquella
que ponía libertad
y que aupamos convencidos
de que al terminar la batalla
ésta íbamos a ganar
pero todo fue una amarga
e inútil desesperanza
cuando vimos que las huellas
de los grilletes dejaban
sus marcas sin borrar.
He puesto sobre mi mesa
todas las banderas rotas
He puesto sobre mi mesa
todas las banderas rotas
envoyé par adriana - 27/7/2014 - 20:24
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Album:Trilce
Autor: José Antonio Labordeta
Editorial: La Esfera de los Libros
Año de publicación: 2001
Banderas rotas son las memorias o, mejor cuasimemorias como prefiere el autor, de un ser humano, nacidas a veces en el coracón y otras en el cerebro. El currículo estrambótico de una generación idealista que vivió el salvaje conflicto de la guerra civil y la interminable posguerra y se ocupó de menesteres inútiles como derrocar una dictadura y llevar a cabo el largo peregrinar de la democracia.