Con antorchas en la mano han llegado, gritando consignas de Muerte al Obrero
Afuera los bomberos son rechazados y los que intentaron salir fueron muertos
Quizás cuánto tiempo han planeado esto para exterminar todos nuestros sueños
Arden los salones y libros de nuestro local federado,
nadie vendrá en nuestro auxilio, nuestros gritos se quedan dentro
Afuera festejan el horror de los que aquí hoy moriremos...
Afuera los bomberos son rechazados y los que intentaron salir fueron muertos
Quizás cuánto tiempo han planeado esto para exterminar todos nuestros sueños
Arden los salones y libros de nuestro local federado,
nadie vendrá en nuestro auxilio, nuestros gritos se quedan dentro
Afuera festejan el horror de los que aquí hoy moriremos...
Contributed by DoNQuijote82 - 2013/10/28 - 16:58
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Album: LA IDEA: CANTO A LA FEDERACIÓN OBRERA DE MAGALLANES
El Mar y la Pampa - Nuestras manos - Luz y vapor - Ha llegado una Idea - Federación Obrera de Magallanes - El programa - Escuela Nocturna - Vamos a la Huelga - La Guardia Blanca - La Comuna - Ello no se atreverán - El incendio - Ceniza - La ciudad negra - El fondeado - Mártires del Trabajo - La Eterna Historia
El lunes 26 de julio de 1920 llegaron impactantes noticias desde Santiago: la Guardia Blanca había irrumpido en el local de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, con un saldo de numerosos heridos y detenidos por la Policía. El día martes 27 amaneció frío y nevado y esa noche los obreros que montaban guardia en el local de la Federación permanecían sentados frente a una estufa a leña. A la una de la madrugada se comenzó a escuchar el rumor de una multitud que subía por calle Errázuriz. Eran
soldados del Batallón “Magallanes” y carabineros vestidos de civil, acompañados de algunos empleados públicos, todos enmascarados o cubiertos sus rostros con bufandas y armados con fusiles y pistolas. Francisco López, uno de los obr
eros, pregunta desde el local “¿quién vive?”.
La turba le contesta “¡Chile!” y comienza una intensa balacera. La puerta es atacada con hachas y combos, pero al no ceder los asaltantes ingresan por las ventanas, arrasando con todo lo que encontraron a su paso. Los obreros que no alcanzaron a escapar por el patio trasero fueron apaleados y baleados. Se escuchó una voz que dio la orden “¡a destruir, muchachos!”. Luis Úbeda, operador del cine de la Federación que salió rápidamente de su casa al percatarse del incendio, intentó entrar al local para rescatar las películas, pero fue sorprendido y derribado a culatazos. Los libros y cuadernos de actas de la Federación fueron arrojados a una estufa y ésta fue volcada en el suelo.
Afuera, las compañías bomberiles que acudieron fueron mantenidas a raya a punta de pistola, siendo golpeados algunos voluntarios. Y así comenzó, voraz y despiadado, El Incendio...
Héctor Aguilar: programación, sintetiz
adores, guitarra acústica y kaoss pad.
Rafael Cheuquelaf: teclados, palmas y voces.