Soy un cantor desde abajo
que desde abajo pelea
en defensa de la vida,
porque la vida le cuesta.
Conozco quienes reniegan
de su humilde condición,
sin pensar que no hay humildes
que no tengan la razón.
El tener mucho dinero
no da títulos a nadie;
el dinero solo sirve
para no vivir del aire.
Hay pequeña gente que anda
sin fe, sin pena y sin gloria,
pobres de espíritu pasan
y no dejan ni la sombra.
La codicia del dinero
le va abriendo al hombre heridas
tan hondas que no se curan
poniéndoles medicina.
Para mí, la gente bien
no es la que tiene dinero.
Para mí, la gente bien
es la del vivir honesto.
El día que yo me vaya
camino del cementerio,
aunque vaya envuelto en oro,
no tendré para el regreso.
que desde abajo pelea
en defensa de la vida,
porque la vida le cuesta.
Conozco quienes reniegan
de su humilde condición,
sin pensar que no hay humildes
que no tengan la razón.
El tener mucho dinero
no da títulos a nadie;
el dinero solo sirve
para no vivir del aire.
Hay pequeña gente que anda
sin fe, sin pena y sin gloria,
pobres de espíritu pasan
y no dejan ni la sombra.
La codicia del dinero
le va abriendo al hombre heridas
tan hondas que no se curan
poniéndoles medicina.
Para mí, la gente bien
no es la que tiene dinero.
Para mí, la gente bien
es la del vivir honesto.
El día que yo me vaya
camino del cementerio,
aunque vaya envuelto en oro,
no tendré para el regreso.
envoyé par Bernart - 30/4/2013 - 14:06
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Parole e musica di Víctor Lima (1921-1969), poeta uruguayano che, prima di conoscere e collaborare con Los Olimareños, fu cantante di strada su e giù per il suo paese. Si suicidò nel 1969 gettandosi nel fiume Uruguay.
Nell’album “¡Qué pena!” del 1972.
Testo trovato su Cancioneros.com