Salgo temprano de mi oscura casa
El frío quiebra el desvelo en mi cara
Entre los restos de las barricadas
Quedan los sueños de nuevas mañanas
Mientras me apresto
A cruzar la ciudad
Manos cesantes vendrán a pintar
Amordazando con blanco de cal
Los muros que reclaman “libertad”
Anoche la muerte
Nos vino a desafiar
Oculta entre las sombras
La sentimos bramar
Voy en la micro con rumbo al trabajo
Como cautivo de un mustio letargo
Con la mirada clavada hacia el suelo
Descubro la rabia que llevo adentro
La telaraña de miedo y metralla
Desaparece con la claridad
Dieciocho por mil armas que se ocultan
Y los culpables la cara no dan
Anoche nuestra Historia
Con sangre se escribió
Era la sangre de tus hermanos
Derramada en la Población
Por mi ventana
El día va a llegar
Ya no tendré que un lamento guardar
Pronto saldré a construir mis mañanas
Por el mañana que habrá de llegar
El frío quiebra el desvelo en mi cara
Entre los restos de las barricadas
Quedan los sueños de nuevas mañanas
Mientras me apresto
A cruzar la ciudad
Manos cesantes vendrán a pintar
Amordazando con blanco de cal
Los muros que reclaman “libertad”
Anoche la muerte
Nos vino a desafiar
Oculta entre las sombras
La sentimos bramar
Voy en la micro con rumbo al trabajo
Como cautivo de un mustio letargo
Con la mirada clavada hacia el suelo
Descubro la rabia que llevo adentro
La telaraña de miedo y metralla
Desaparece con la claridad
Dieciocho por mil armas que se ocultan
Y los culpables la cara no dan
Anoche nuestra Historia
Con sangre se escribió
Era la sangre de tus hermanos
Derramada en la Población
Por mi ventana
El día va a llegar
Ya no tendré que un lamento guardar
Pronto saldré a construir mis mañanas
Por el mañana que habrá de llegar
envoyé par Bartolomeo Pestalozzi - 13/8/2010 - 11:18
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Album “Callejeando por Decreto Supremo”
Testo trovato su Perrerac
Nell’agosto del 1973 il governo di Allende stava agonizzando e l’esercito si dava già da fare nelle “prove tecniche” del prossimo golpe. Il 18 agosto i soldati attaccarono il sobborgo di Lo Hermida a Santiago, un barrio povero dove la gente non sosteneva tanto la Unidad Popular del presidente quanto la sinistra rivoluzionaria. E l’esercito intervenne infatti per catturare i militanti del MIR, il Movimiento de Izquierda Revolucionaria, che a Lo Hermida trovavano rifugio sicuro. Ma la gente affrontò i militari e, in un primo momento, li costrinse alla fuga. Il giorno successivo quelli tornarono in forze e il bilancio non fu più favorevole ai resistenti: 2 morti, 11 feriti e 160 arrestati. Più tardi Allende chiese scusa per l’attacco, ma oramai non esercitava più nessuna autorità e, forse - ma non prendo posizione sulla questione storica spinosissima, perché non l’ho approfondita – il suo tentativo di reprimere le istanze più rivoluzionarie per togliere alla borghesia fascista e ai militari il pretesto per il golpe contribuì in realtà al suo suicidio politico e alla sua fine.