Allá arriba, va la luna;
abajo, brilla el fogón.
Con el tiempo, un mejicano
puede ser buen asador.
Aquí arriba, la cabeza;
allá abajo, están los pies,
y en el medio está la panza,
sirva, compadre, otra vez.
Aquí arriba, la cabeza
por donde sale la voz;
más abajo, la guitarra,
pegadita al corazón.
Aquí arriba, la cabeza;
allá abajo, están los pies.
Cuánto camino andaremos
antes de poder volver.
Que yo ya no soy el mismo,
que yo ya no soy de mí.
Que mi casa la perdí,
ya no están mis compañeros.
Y por más que yo me esmero,
no puedo ser el que fui.
Aquí arriba, la cabeza;
allá abajo, están los pies.
Cuánto camino andaremos
antes de poder volver.
No se puede ser el mismo
lejos de donde uno es.
Hay que buscarse a la vez
el adentro y el afuera
para encontrar la manera
y ser el que uno antes fue.
Allá arriba, va la luna;
abajo, brilla el fogón.
Con el tiempo, un mejicano
puede ser buen asador.
Aquí arriba, la cabeza;
allá abajo, están los pies,
cuánto camino andaremos
antes de poder volver.
Allá arriba, va la luna
cruzando un cielo nublao,
y aquí abajo, un mejicano
que quemó todo el asao.
abajo, brilla el fogón.
Con el tiempo, un mejicano
puede ser buen asador.
Aquí arriba, la cabeza;
allá abajo, están los pies,
y en el medio está la panza,
sirva, compadre, otra vez.
Aquí arriba, la cabeza
por donde sale la voz;
más abajo, la guitarra,
pegadita al corazón.
Aquí arriba, la cabeza;
allá abajo, están los pies.
Cuánto camino andaremos
antes de poder volver.
Que yo ya no soy el mismo,
que yo ya no soy de mí.
Que mi casa la perdí,
ya no están mis compañeros.
Y por más que yo me esmero,
no puedo ser el que fui.
Aquí arriba, la cabeza;
allá abajo, están los pies.
Cuánto camino andaremos
antes de poder volver.
No se puede ser el mismo
lejos de donde uno es.
Hay que buscarse a la vez
el adentro y el afuera
para encontrar la manera
y ser el que uno antes fue.
Allá arriba, va la luna;
abajo, brilla el fogón.
Con el tiempo, un mejicano
puede ser buen asador.
Aquí arriba, la cabeza;
allá abajo, están los pies,
cuánto camino andaremos
antes de poder volver.
Allá arriba, va la luna
cruzando un cielo nublao,
y aquí abajo, un mejicano
que quemó todo el asao.
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