Si tu vida se hace
una larga noche
cubierta de un miedo
frío y ancestral,
si en tus ojos crecen
como mudos rostros,
la rabia, el odio
y la soledad.
Si eres blanco o negro,
judío o cristiano
y guardas tus voces
por temor a hablar
y en tus manos duras
escondes cadenas
que te atan y acaban
con tu dignidad:
Para qué sirvió
la muerte de Sacco y Vanzetti.
Si en oscuros trenes
vas a trabajar
por países densos
viejos como el mar
y en la lejanía
guardas la nostalgia
de tu infancia quieta
en la inmensidad.
Si eres extranjero
allí donde estés
porque te lo gritan
una y otra vez
sin que tú comprendas
cómo puede ser
que desde muchacho
nadie te dé fe:
Para qué sirvió
la muerte de Sacco y Vanzetti.
Si los hombres tienen
miedo a continuar
y las madres saben
que van a llorar
porque para ellos
la vida se hizo
como una herida
que no cerrará.
Si frente a los golpes
una vida grita
y como respuesta
oye la piedad
para qué han caído
cubriendo las tierras
todas esas gentes
en lucha brutal:
Para qué sirvió
la muerte de Sacco y Vanzetti.
una larga noche
cubierta de un miedo
frío y ancestral,
si en tus ojos crecen
como mudos rostros,
la rabia, el odio
y la soledad.
Si eres blanco o negro,
judío o cristiano
y guardas tus voces
por temor a hablar
y en tus manos duras
escondes cadenas
que te atan y acaban
con tu dignidad:
Para qué sirvió
la muerte de Sacco y Vanzetti.
Si en oscuros trenes
vas a trabajar
por países densos
viejos como el mar
y en la lejanía
guardas la nostalgia
de tu infancia quieta
en la inmensidad.
Si eres extranjero
allí donde estés
porque te lo gritan
una y otra vez
sin que tú comprendas
cómo puede ser
que desde muchacho
nadie te dé fe:
Para qué sirvió
la muerte de Sacco y Vanzetti.
Si los hombres tienen
miedo a continuar
y las madres saben
que van a llorar
porque para ellos
la vida se hizo
como una herida
que no cerrará.
Si frente a los golpes
una vida grita
y como respuesta
oye la piedad
para qué han caído
cubriendo las tierras
todas esas gentes
en lucha brutal:
Para qué sirvió
la muerte de Sacco y Vanzetti.
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