Ay, nuevos campos perdidos,
campos de mi mala suerte!
Ahí se quedan tus olivos
y tus naranjos nacientes.
Brilla el agua en tus acéquias,
surcan la tierra tus bueyes
y yo cruzo tus caminos
y jamás volveré a verte
y jamás volveré a verte
y jamás volveré a verte.
No tengo casa ni amigos,
ni tengo un lecho caliente,
ni pan que calme mi hambre,
ni palabra que me aliente.
Brilla el agua en tus acéquias,
surcan la tierra tus bueyes
y yo cruzo tus caminos
y jamás volveré a verte
y jamás volveré a verte
y jamás volveré a verte.
campos de mi mala suerte!
Ahí se quedan tus olivos
y tus naranjos nacientes.
Brilla el agua en tus acéquias,
surcan la tierra tus bueyes
y yo cruzo tus caminos
y jamás volveré a verte
y jamás volveré a verte
y jamás volveré a verte.
No tengo casa ni amigos,
ni tengo un lecho caliente,
ni pan que calme mi hambre,
ni palabra que me aliente.
Brilla el agua en tus acéquias,
surcan la tierra tus bueyes
y yo cruzo tus caminos
y jamás volveré a verte
y jamás volveré a verte
y jamás volveré a verte.
inviata da Bernart - 3/5/2013 - 13:55
Lingua: Spagnolo
Il testo originale della poesia di Emilio Prados.
ROMANCE DEL DESTERRADO
¡Ay, nuevos campos perdidos,
campos de mi mala suerte!
Ahí se quedan tus olivos
y tus naranjos nacientes.
Brilla el agua en tus acequias,
surcan las tierras tus bueyes
y yo cruzo tus caminos
y jamás volveré a verte.
Los tiernos brazos del trigo,
entre tus vientos se mueren.
¡Ay, los brazos de mi sangre,
son molinos de mi muerte!
No tengo casa ni amigo
nj tengo un lecho caliente,
ni pan que calme mi hambre,
ni palabra que me aliente.
¡Ay, cuerpos desheredados!
¿Cómo tu tronco sostienes,
si al que corta tus raices
tu fresca sombra le ofreces?
Mal cuerpo me ha dado el mundo;
mal árbol que ni florece,
ni puede tener seguro
fruto que en su rama crece.
¡Ay, el calor de mis manos!
¡Ay, los ojos de mi frente!
¡Ay, bajo la luz del alba!
¡Ay, bajo la sombra fuerte!
Ya siempre andarán despiertos,
despiertos sin conocerme,
que sólo miran al viento
por donde sus penas vienen.
¡Ay, campo, campo lejano,
donde mi dolor se muere;
nunca encontrarán mi olvido
si he de olvidar el perderte!
¡Ay, nuevos campos perdidos,
campos de mi mala suerte!
Ahí se quedan tus olivos
y tus naranjos nacientes.
Brilla el agua en tus acequias,
surcan las tierras tus bueyes
y yo cruzo tus caminos
y jamás volveré a verte.
Los tiernos brazos del trigo,
entre tus vientos se mueren.
¡Ay, los brazos de mi sangre,
son molinos de mi muerte!
No tengo casa ni amigo
nj tengo un lecho caliente,
ni pan que calme mi hambre,
ni palabra que me aliente.
¡Ay, cuerpos desheredados!
¿Cómo tu tronco sostienes,
si al que corta tus raices
tu fresca sombra le ofreces?
Mal cuerpo me ha dado el mundo;
mal árbol que ni florece,
ni puede tener seguro
fruto que en su rama crece.
¡Ay, el calor de mis manos!
¡Ay, los ojos de mi frente!
¡Ay, bajo la luz del alba!
¡Ay, bajo la sombra fuerte!
Ya siempre andarán despiertos,
despiertos sin conocerme,
que sólo miran al viento
por donde sus penas vienen.
¡Ay, campo, campo lejano,
donde mi dolor se muere;
nunca encontrarán mi olvido
si he de olvidar el perderte!
inviata da Bernart - 3/5/2013 - 13:56
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Versi di Emilio Prados (1899-1962), poeta andaluso.
Musica di Paco Ibáñez, dall’album “A flor de tiempo” del 1979.
Non so in quale raccolta siano inclusi questi versi del poeta Emilio Prados, esponente della cosiddetta “Generación del 27”, probabilmente in quella intitolata “Memoria del olvido” del 1940. Furono però certamente pubblicati in Francia nel 1952 sulla rivista “Ruta” (“Route”), organo della Federación Ibérica de Juventudes Libertarias (FIJL), un’organizzazione giovanile anarchica nata in Spagna nel 1932. Infatti, dopo la vittoria del fascismo nel 1939, Emilio Prados come tanti altri repubblicani fu costretto all’esilio, al “destierro”, prima in Francia e poi in Messico, dove visse fino alla morte.