Por ti la luz del hombre es mas amada
y la sombra, por ti, mas escondida.
Por ti altas cumbres puede ser la vida
y la muerte por ti ser enterrada.
Por ti la noble mano encadenada
puede ser justamente desceñida.
Y por ti en la mañana conseguida
puede la libertad ser liberada.
No más, por ti, las nieblas, el espanto.
No más, por ti, la angustia, el duelo, el llanto.
No más, por ti, la sorda y triste guerra.
Si, por ti, el despertar de la armonía.
Si, por ti, el sueño humano a pleno día.
La paz, por ti, la paz sobre la tierra.
y la sombra, por ti, mas escondida.
Por ti altas cumbres puede ser la vida
y la muerte por ti ser enterrada.
Por ti la noble mano encadenada
puede ser justamente desceñida.
Y por ti en la mañana conseguida
puede la libertad ser liberada.
No más, por ti, las nieblas, el espanto.
No más, por ti, la angustia, el duelo, el llanto.
No más, por ti, la sorda y triste guerra.
Si, por ti, el despertar de la armonía.
Si, por ti, el sueño humano a pleno día.
La paz, por ti, la paz sobre la tierra.
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Musica de Gabriel Sopeña
Album: Una ciudad para la paz
En ese disco María José interpretó varias canciones; una de ellas está basada en el poema de Rafael Alberti "La paz, por ti" –del libro "Signos del día"–; canción, con música de Gabriel Sopeña, que en la voz de María José se convierte en un hermoso y apasionado alegato contra la guerra.
Fernando Lucini, Cantemos como quien respira.