04. Psaume 51
Cantate pour la PaixIl Salmo 51 in una versione spagnola, da: | |
Perché ti vanti del male o prepotente nella tua iniquità? Ordisci insidie ogni giorno; la tua lingua è come lama affilata, artefice di inganni. Tu preferisci il male al bene, la menzogna al parlare sincero. Ami ogni parola di rovina, o lingua di impostura. Perciò Dio ti demolirà per sempre, ti spezzerà e ti strapperà dalla tenda e ti sradicherà dalla terra dei viventi. Vedendo, i giusti saran presi da timore e di lui rideranno: «Ecco l'uomo che non ha posto in Dio la sua difesa, ma confidava nella sua grande ricchezza e si faceva forte dei suoi crimini». Io invece come olivo verdeggiante nella casa di Dio. Mi abbandono alla fedeltà di Dio ora e per sempre. Voglio renderti grazie in eterno per quanto hai operato; spero nel tuo nome, perché è buono, davanti ai tuoi fedeli. | Ten misericordia de mí, oh Dios, conforme a tu bondad; conforme a tu inmensa compasión borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado; Porque reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí. Contra ti, contra ti sólo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos. Por tanto eres reconocido justo en tu sentencia, y tenido por puro en tu juicio. He aquí, he sido malo desde mi nacimiento, pecador desde el vientre de mi madre; Porque he aquí, amas la verdad más que la astucia o el saber oculto; por tanto, enséñame sabiduría. Límpiame de mi pecado, y seré puro; lávame, y seré más blanco que la nieve. Hazme oír canciones de gozo y alegría, y se regocijará el cuerpo que has abatido. Esconde tu rostro de mis pecados, y borra todas mis maldades. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu firme dentro de mí. Nome eches de tu presencia, y no quites de mí tu santo Espíritu. Dame otra vez el gozo de tu salvación; y que tu noble Espíritu me sustente. Enseñaré a los rebeldes tus caminos, y los pecadores se convertirán a ti. Líbrame de la muerte, oh Dios, y cantará mi lengua tu justicia, oh Dios mi Salvador. Soberano mío, abre mis labios, y mi boca proclamará tu alabanza; Porque no quieres tú sacrificio, que yo daría; no te complaces en holocausto. El sacrificio que más te agrada es el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios. Haz bien con tu benevolencia a Sión; reconstruye los muros de Jerusalén. Entonces aceptarás los sacrificios requeridos, holocausto y oblación; entonces ofrecerán becerros sobre tu altar. |