04. Psaume 51
Cantate pour la PaixOriginal | Il Salmo 51 in una versione spagnola, da: |
04. PSAUME 51 Miséricorde et grâce, ô Dieu des cieux ! Un grand pécheur implore ta clémence : Use en ce jour de ta douceur immense Pour effacer mes crimes odieux. Ô lave-moi, lave-moi tout entier. De mon péché la tache est si profonde, Toi seul, Seigneur, tu me peux nettoyer. Sur ta bonté tout mon espoir se fonde. Ma faute, ô Dieu, le cur rempli d’effroi Je la découvre aux clartés de ta face. Mon crime, hélas ! que nul remords n’efface Partout me suit et se présente à moi. Contre toi seul j’ai commis ce forfait Et, si tu veux condamner mon offense, Nul ne pourra discuter ton arrêt Ni contredire à ta juste sentence. Avec l’hysope, arrose-moi, Seigneur, Et devant toi je serai sans souillure ; Lave mon âme : elle deviendra pure, Et de la neige elle aura la blancheur. Veuille, ô mon Dieu, me rendre ton amour Et m’accorder le pardon que j’implore ; Guéri par toi, je verrai, dès ce jour, Mes os brisés se réjouir encore. | 04. PSAUME 51 Ten misericordia de mí, oh Dios, conforme a tu bondad; conforme a tu inmensa compasión borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado; Porque reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí. Contra ti, contra ti sólo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos. Por tanto eres reconocido justo en tu sentencia, y tenido por puro en tu juicio. He aquí, he sido malo desde mi nacimiento, pecador desde el vientre de mi madre; Porque he aquí, amas la verdad más que la astucia o el saber oculto; por tanto, enséñame sabiduría. Límpiame de mi pecado, y seré puro; lávame, y seré más blanco que la nieve. Hazme oír canciones de gozo y alegría, y se regocijará el cuerpo que has abatido. Esconde tu rostro de mis pecados, y borra todas mis maldades. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu firme dentro de mí. Nome eches de tu presencia, y no quites de mí tu santo Espíritu. Dame otra vez el gozo de tu salvación; y que tu noble Espíritu me sustente. Enseñaré a los rebeldes tus caminos, y los pecadores se convertirán a ti. Líbrame de la muerte, oh Dios, y cantará mi lengua tu justicia, oh Dios mi Salvador. Soberano mío, abre mis labios, y mi boca proclamará tu alabanza; Porque no quieres tú sacrificio, que yo daría; no te complaces en holocausto. El sacrificio que más te agrada es el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios. Haz bien con tu benevolencia a Sión; reconstruye los muros de Jerusalén. Entonces aceptarás los sacrificios requeridos, holocausto y oblación; entonces ofrecerán becerros sobre tu altar. |