La domenica delle salme
Fabrizio De AndréVersione spagnola di José Antonio (joanloro27@wanadoo.es) da Via del Campo | |
PALMSONNTAG DER TOTEN Mit der Strassenbahn versuchte er die Flucht gegen sechs Uhr morgens aus der Mandelmilchflasche in der Mailand schwimmt es war nicht schwer ihm zu folgen dem Poeten aus dem Altersheim seine glühende Seele leuchtete wie eine Glühbirne sie zündeten sein Bett an auf der Strasse nach Trient es gelang ihm, sich vor seinem Bart zu retten wie ein Kampfrotkehlchen. Die Polen starben nicht sofort und an den letzten Verkehrsampeln knieend schminkten sie die Staatshuren auf ihrer Fahrt Richtung Meer, die Seifenschacherer setzten den Bauch gegen Osten wer sich ’90 bekehren liess wurde ’91 davon losgesprochen der Affe des vierten Reichs tanzte Polka auf der Berliner Mauer und während er hinaufkletterte haben wir alle seinen Arsch gesehen die Cheopspyramide wollte an diesem Festtag wieder aufgebaut werden Stein für Stein Sklave für Sklave Kommunist für Kommunist. Am Palmsonntag der Toten hörte man keine Gewehrschüsse das Lachgas besetzte die Strassen Der Palmsonntag der Toten trug alle Gedanken davon und die Königinnen der "deinen Schuld" überfüllten die Friseursalons. Im sonnenüberflutetem Heimatgefängnis der zweite Gefängniswärter sprach zu "Talgbart", der der erste war: - man kann es morgen tun, in aller Frühe. Und es wurden Botschafter entsandt Fußsoldaten, Pferde, Hunde und ein Esel um die Amputation des Beines zu verkünden von Renato Curcio Dem Carbonaro. Der Minister für Gewitter unter den Klängen von Posaunen stellte die Demokratie in Aussicht mit dem Tischtuch auf den Händen und den Händen auf seinen Eiern - Ich möchte in einer Stadt leben in der es zur Stunde des Aperitivs kein Blut- oder Waschmittelvergiessen gibt - Spät am Abend waren ich und mein berühmter Vetter De Andrade die letzten freien Bürger dieser berühmten, zivilisierten Stadt weil wir eine Kanone im Hinterhof hatten eine Kanone im Hinterhof. Am Palmsonntag der Toten tat sich niemand weh jeder folgte dem Leichnam des verstorbenen Ideals Am Palmsonntag der Toten hörte man singen: - wie schön ist die Jugend, wir möchten niemals alt werden- Die letzten Wanderer zogen sich in den Katakumben zurück machten den Fernseher an und schauten uns beim Singen zu ein halbes Stündchen lang dann jagten sie uns zum Teufel Ihr, die gesungen habt auf Stelzen und auf den Knien mit umgehängten Keyboards, gekleidet wie Pinocchio ihr, die gesungen habt für die Langobarden und für die Zentralisten für den Amazonas und für das Geld in grossen Stylistenhallen und bei den Maristen ihr hattet mächtige Stimmen Zungen, trainiert die Trommel zu rühren ihr hattet mächtige Stimmen geeignet für ein Leck-mich-am-Arsch. Am Palmsonntag der Toten die Beauftragten für die Nostalgie begleiteten, unter den Klängen der Flöten den Kadaver von Utopia und der Totensonntag war ein Sonntag wie viele am nächsten Tag sah man die Spuren eines fürchterlichen Friedens. Während das Herz Italiens von Palermo bis Aosta anschwoll, in einem Chor aus “vibrierendem Protest”. | EL DOMINGO DE LOS RESTOS MORTALES Tentó la fuga en tranvía, hacía las seis de la mañana, de la botella de horchata donde flota Milán, no fue difícil seguirlo El poeta de la Baggina, su alma encendida emitía luz de bombilla, le incendiaron su cama en el camino de Trento Logró salvarse de su barba un petirojo de combate. Los polacos no murieron rápido y de rodillas en los últimos semáforos recomponían el maquillaje a las rameras del régimen lanzadas hacia el mar. Los traficantes de jaboncitos dirigían sus panzas hacia el este quien se convertía en el noventa, era dispensado en el noventa y uno La mona del cuarto Reich bailaba la polca sobre el muro y mientras trepaba le vimos todos el culo La pirámide de Keops quiso ser reconstruida en aquel día de fiesta, bloque por bloque, esclavo por esclavo, comunista por comunista El domingo de los restos mortales no se escucharon disparos, el gas exultante presidía las calles El domingo de los restos mortales se llevó consigo todos los pensamientos y las reinas del "tua culpa" abarrotaban las peluquerías. En la soleada cárcel patria, el segundo carcelero dijo a "Bigotes de Sebo", que era el primero: "se puede hacer mañana al amanecer", y se enviaron mensajeros, infantes, caballos, perros y un borrico para anunciar la amputación de la pierna de Renato Curcio, El Carbonero. El ministro de los temporales en un tripudio de trombones, deseaba democracia con el mantel en las manos y las manos en los cojones : "Quiero vivir en una ciudad donde a la hora del aperitivo no haya derramamientos de sangre o de detergente." Ya bien entrada la noche yo y mi ilustre primo De Andrade, éramos los últimos ciudadanos libres de esta famosa ciudad civil porque teníamos un cañón en el patio. El domingo de los restos mortales nadie se hizo daño, todos a seguir el féretro del difunto ideal El domingo de los restos mortales se escuchaba cantar: "Qué bella es la juventud, no queremos envejecer jamás". Los últimos viandantes se retiraron a las catacumbas, encendieron la televisión y nos miraron cantar durante una media horita, después no mandaron a tomar por culo. Vosotros que habéis cantado sobre trampolines y de rodillas, con los pianos en bandolera disfrazados de pinocho, vosotros que habéis cantado para los longobardos y para los centralistas, para el Amazonas y por la pecunia, en grandes carpas portátiles y en los padres maristas Vosotros que tenéis voces potentes, lenguas entrenadas para haceros escuchar, vosotros teníais voces potentes adaptadas para "el tomar por culo". El domingo de los restos mortales, los adeptos a la nostalgia, acompañaron entre las flautas el cadáver de la utopía El domingo de los restos mortales fue un domingo como tantos, al día siguiente había señales de una paz terrorífica. Mientras el corazón de Italia desde Palermo hasta Aosta se inflaba en un coro "de vibrante protesta". |