Te acordás hermana qué tiempos aquellos,
la vida nos daba la misma lección.
En la primavera del '45
tenías quince años lo mismo que yo.
Te acordás hermana de aquellos cadetes,
del primer bolero y el té en El Galeón
cuando los domingos la lluvia traía
la voz de Bing Crosby y un verso de amor.
Te acordás de la Plaza de Mayo
cuando "el que te dije" salía al balcón
Tanto cambió todo que el sol de la infancia
de golpe y porrazo se nos alunó.
Te acordás hermana que desde muy lejos
un olor a espanto nos enloqueció:
era de Hiroshima donde tantas chicas
tenían quince años como vos y yo.
Te acordás que más tarde la vida
vino en tacos altos y nos separó.
Ya no compartimos el mismo tranvía,
sólo nos reúne la buena de Dios.
la vida nos daba la misma lección.
En la primavera del '45
tenías quince años lo mismo que yo.
Te acordás hermana de aquellos cadetes,
del primer bolero y el té en El Galeón
cuando los domingos la lluvia traía
la voz de Bing Crosby y un verso de amor.
Te acordás de la Plaza de Mayo
cuando "el que te dije" salía al balcón
Tanto cambió todo que el sol de la infancia
de golpe y porrazo se nos alunó.
Te acordás hermana que desde muy lejos
un olor a espanto nos enloqueció:
era de Hiroshima donde tantas chicas
tenían quince años como vos y yo.
Te acordás que más tarde la vida
vino en tacos altos y nos separó.
Ya no compartimos el mismo tranvía,
sólo nos reúne la buena de Dios.
inviata da Marcia Rosati - 13/8/2007 - 18:50
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María Elena Walsh ricorda insieme a sua sorella i momenti più belli della loro adolescenza oscurati dalla bomba di Hiroshima dove perdono la vita tante persone ma anche tante ragazze che come loro stavano cominciando a vivere...questa consapevolezza della guerra comporta la perdita dell'innocenza e la certezza che nel mondo degli adulti non c'è spazio per i sogni.
Una volta diventate grandi ognuna prende la sua strada, ognuna ha un suo pensiero e il sogno adolescenziale di rimanere sempre unite diventa un'utopia.