El hambre
Joan Manuel SerratOriginale | Decisamente più tirata questa versione de los Reincidentes tratta ... |
EL HAMBRE Tened presente el hambre: recordad su pasado turbio de capataces que pagaban en plomo. Aquel jornal al precio de la sangre cobrado, con yugos en el alma, con golpes en el lomo. El hambre es el primero de los conocimientos: tener hambre es la cosa primera que se aprende. Y la ferocidad de nuestros sentimientos, allá donde el estómago se origina, se enciende. El hambre… Tened presente el hambre. Por hambre vuelve el hombre sobre los laberintos donde la vida habita siniestramente sola. Reaparece la fiera, recobra sus instintos, sus patas erizadas, sus rencores, su cola. Arroja los estudios y la sabiduría, y se quita la máscara, la piel de la cultura, los ojos de la ciencia, la corteza tardía de los conocimientos que descubre y procura. El hambre… Tened presente el hambre. Entonces solo sabe del mal, del exterminio. Inventa gases, lanza motivos destructores, regresa a la pezuña, retrocede al dominio del colmillo, y avanza sobre los comedores. Se ejercita en la bestia, y empuña la cuchara dispuesto a que ninguno se le acerque a la mesa. Entonces sólo veo sobre el mundo una piara de tigres, y en mis ojos la visión duele y pesa. El hambre… Tened presente el hambre. Ayudadme a ser hombre: no me dejéis ser fiera hambrienta, encarnizada, sitiada eternamente. Yo, animal familiar, con esta sangre obrera os doy la humanidad que mi canción presiente. Nosotros no podemos ser ellos, los de enfrente, los que entienden la vida por un botín sangriento: como los tiburones, voracidad y diente, panteras deseosas de un mundo siempre hambriento. El hambre… Tened presente el hambre. | POEMA SOCIAL DE GUERRA Y MUERTE Tened presente el hambre, recordad su pasado Turbio de capataces que pagaban en plomo Aquel jornal al precio de la sangre cobrado Con yugos en el alma, con golpes en el lomo El hambre paseaba sus vacas exprimidas Sus mujeres resecas, sus devoradas ubres Sus ávidas quijadas, sus miserables vidas Frente a los comedores y los cuerpos salubres No habéis querido oir con orejas abiertas El llanto de millones de ninos jornaleros Ladrabais cuando el hambre llamaba a vuestras puertas A pedir con la boca de los mismos luceros Se ejercita en la bestia y empuna la cuchara Dispuesto a que ninguno se le acerque a la mesa Entonces sólo veo sobre el mundo una piara De tigres y en mis ojos la vision duele y pesa Hambrientamente lucho yo, con todas mis brechas Cicatrices y heridas, señales y recuerdos Del hambre contra tantas barrigas satisfechas Cerdos con un origen peor que el de los cerdos Los años de abundancia, la saciedad, la hartura Eran sólo de aquellos que se llamaban amos Para que venga el pan justo a la dentadura Del hambre de los pobres, aquí estoy, aquí estamos Nosotros no podemos ser ellos, los de enfrente, Los que entienden la vida como un motín sangriento Como los tiburones, voracidad y diente Panteras deseosas de un mundo siempre hambriento. |